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23 de Abril de 1976, Matapozules, Valladolid.

La noche del 23 de Abril, más de medio pueblo se reunía en la carretera después de haber sido testigos de un nuevo caso ovni, lo que habían observado era un extraño objeto volador ovala y rojizo que despegaba de la tierra dejándose ver tras unos tejados.

La gente comentaba que, si era un satélite, un helicóptero, pero la mayoría hablaba de ovnis, de los ovnis que tanto hablaba la prensa en aquel año el 1976.

Cada uno tenía su versión de lo que podía ser aquellos hasta que llegó a los oídos de todo el pueblo la historia de Fidel Hernández Rollá un muchacho de 14 años, que había estado en el lugar desde el que había despegado el objeto, un solar donde estaba con unos amigos.

Fue sobre las once y cuarto de la noche, un objeto ovalado y rojo tomaba tierra al otro lado de un pequeño muro, en el apartado lugar. Todos los compañeros de juego de Fidel ante tal situación decidieron abandonar el lugar a toda prisa, cada uno en una dirección sin saber a donde iban, pero eso sí lejos de aquello. Sin embargo Fidel presa del miedo y también según él de la curiosidad se quedó, se acercó lentamente al lugar, se puso de cuclillas y se quedó observando por un orificio tras el muro de piedra.

Se dejaba escuchar un zumbido, y de repente varias hileras de luces dejaban ver una compuerta, Fidel puedo observar el interior de la nave, lo que pudo ver fueron grandes paneles de botones de todos los colores y una gran variedad de pantallas, a la vez que vio unas figuras muy altas moviéndose de lado a lado del interior de la nave.
Cuando de veras se asusto incluso se le entrecortaba la respiración fue cuando vio salir de la nave tres gigantescos hombre vestidos con un traje blanco ceñido con tobilleras y cinturones que según Fidel sobrepasaban los dos metros de altura y con el pelo albino sobre los hombros, desfilaban en fila india hacia un pequeño huerto cercano a la parcela.

Los tres individuos se quedaron varios segundos observando unas cuantas patatas amontonadas, cuando se giraron y vieron al pequeño Fidel, en ese momento empezó a escuchar muchas voces dentro de su cabeza mensajes entrecortados frases sin sentido, según él “era como si esos hombres me hablaran, pero no se oía nada” después de escuchar esos mensajes que retumbaban en su cabeza los tres hombres desaparecieron, como si de un truco se tratase.

Entonces la nave comenzó a elevarse, Fidel presa del pánico no podía ni moverse, se quedó mirando fijamente como la nave se alzaba y desaparecía, y así estuvo hasta que sus amigos, los que habían presenciado el inicio de aquel enigmático contacto llegaron rodeados, de agricultores, ancianas, vecinos del plaza, una infinidad de personas, todas las que vieron a los niños anunciando lo que había pasado, y allí llegaron y pudieron ver el punto rojizo que se alejaba sobre sus cabezas, sobre la atormentada cabeza de Fidel.